La creatividad llega cuando menos te lo esperas. Hay momentos en los que desearías tener a mano un papel y un lápiz para plasmar o escribir aquello en lo que acabas de pensar y que te encantaría hacer realidad.
Con los niños esto sucede muy a menudo. De repente, necesitan expresarse o entretenerse con algo y te das cuenta que no llevas ni papel ni lápices para que pueda sumergirse en su mundo creativo.
Un porta lápices ligero y personalizado te permite llevar donde quieras y cuando quieras todo lo necesario para dejar volar tu imaginación.
Y como ya os decíamos anteriormente que los cumpleaños aún no habían acabado, este fue el regalo que le hicimos al pequeño gran Hugo. Uno de los mejores amigos de Gerard.
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