Debo decir que este proyecto me ha encantado. Además de la ilusión que me hace la confianza que me brindan mis amigos, ha sido un gran empujón para empezar a utilizar chalk paint en mis creaciones.
Cuando Esther me propuso crear los carteles para su centro de estética, no dudé un segundo en ofrecerle un trabajo totalmente artesanal con maderas recicladas y pintura de tiza.
Es un placer trabajar cuando conoces los gustos de la persona, ha sido muy fácil encontrar la tipografía que encajaba con su personalidad, y los colores que iban a destacar más visualmente.
Ver la cara de satisfacción al ver que el resultado aún es mejor que el que esperaban, no tiene precio.
Siempre lo digo; mi trabajo se cuece a fuego lento, sin prisas. La espera es necesaria cuando se trata de un proyecto personal. Lo realizo en los ratos fuera de escena con los niños ya que me gusta estar concentrada y que todo salga a la perfección, sabiendo que cada pieza es única.
Y de ahí nace la satisfacción del que lo recibe, sin exigir tiempos ni presiones, a no ser que sean necesarios, confiando a ciegas en el trabajo que se hace a mano y sobre todo, con amor.
Muchas gracias una vez más Esther, por confiar en mis manos para hacer realidad lo que un día solo fue un pensamiento.
¡¡Feliz Lunes!!
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